Se aproxima. Una lucha repetitiva de la que me canso. En cada rincón de mi casa quedaron esos trozos de dolor que hace ya tiempo un ser maravilloso rompió. Unen fuerzas, quieren volver a mi. Quieren volver a luchar contra mi tranquilidad y felicidad que por el momento iban seguras de peligro. Ocurrieron cosas, sucesos que le dan fuerza y energía a esos trozos que poco a poco se están haciendo más grandes que antes. Todo la capa que me cubría de peligros está desapareciendo, cómo si nunca hubiera existido. La oscuridad viene y mi luz se debilita, quiero protegerme pero soy incapaz de ignorar la realidad. Nunca me dí por vencida en esta múltiple batalla y solía ganar por mi propia fuerza o con una poca de ayuda secundaria. Pero no tengo fuerza, caeré sobre el pedestal de lo locura oscura. Humillaré a cada parte de mi cuerpo a causa de la escasa voluntad. El primer perdón que necesito es el de mi interior y noto como vacila a mi intranquilidad y me ignora.
Surgirá otra batalla pero la guerra todavía no acabó.

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