No es solo un animal.

Pequeña, revoltosa, besucona y brutamente cariñosa. Así es mi pequeña flor de loto. Le encanta que le acaricien debajo de la barbilla y por detrás de las orejas. Salta por todos lados sin frenar hasta que se cansa y se duerme. Me gusta que se quede dormida en mi tripa o con su cabecita apoyada en mi pierna. No es mordedora, excepto cuando juega y ve que pierde. Ladra mucho y tan alto que los del piso de alado la escuchan.
Ahora, se me hizo una mujer. ¡Está embarazada! Pienso que en un cuerpo tan pequeño se desmoronara al primer intento. Es de piel dura, pero en cierto modo es frágil. Vino a mí como una cachorrita muy, muy pequeña. Entraba en una sola mano mía. Creció, así funciona el ciclo de la vida.
Realmente se puede amar algo que no es persona.


Keysi.

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